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Consejos de seguridad            CAMBIOS DE DIRECCIÓN
Estos consejos describen las situaciones de riesgo más frecuentes a las que nos enfrentamos los motoristas en las ciudades, explicando cómo debemos reaccionar ante cada una de ellas.
Constituyen un conjunto de estrategias y pautas de comportamiento fruto de la experiencia, aunque basadas también en la precaución y el sentido común.
Todos ellos persiguen anticiparse y evitar nuestros propios errores y los de los demás conductores, que en total causan más del 90 % de los accidentes de tráfico.



CAMBIOS DE DIRECCIÓN


(Aproximadamente el 25% de los accidentes con motos implicadas en Barcelona se deben a un incorrecto cambio de dirección provocado en muchos casos por un mal empleo de los retrovisores e intermitentes).




  1. Acciona el intermitente SIEMPRE que hagas un cambio de dirección. Aunque estés seguro de que ningún vehículo va a interferir tu trayectoria es no sólo muy recomendable si no obligatorio señalizar la maniobra adecuadamente, porque:
    • Al cambiar de carril puede que no hayas visto un vehículo que pretendía adelantarte, por encontrarse justo en el área ciega de tu retrovisor.
    • A pesar de que el carril al que quieres incorporarte está libre, podría ser que otro vehículo que está circulando en paralelo dos carriles más allá pretenda ocupar el mismo espacio que estás a punto de invadir.
    • Cuando quieras girar en un cruce, el hecho de señalizar la maniobra hará desistir de la intención de cruzar la calle a un posible peatón.
    • Al advertir de un cambio de dirección al vehículo que viene detrás normalmente éste se mantendrá a mayor distancia , incluso antes de que vea tu luz de freno.
  2. Mirar por el retrovisor supone perder de vista lo que sucede delante tuyo durante unas fracciones de segundo. Mejor dejar el adelantamiento para otra ocasión si circulas demasiado cerca detrás de otro vehículo que puede frenar bruscamente mientras consultas el retrovisor. Imagina que la furgoneta lo hace justo en ese preciso instante...



  3. Recordar los modelos y/ o vehículos que ves por los retrovisores puede ayudarte a controlar mejor su posición y el riesgo que suponen. Ejemplo: hace un instante he visto un deportivo rojo por el retrovisor y ahora ya no está. Es probable que me esté adelantando en este preciso momento, aunque ya no lo vea por el retrovisor. Mejor no cambiar de carril hasta estar seguro de que ya me ha adelantado y no supone ningún peligro.


  4. No obstante debes evitar la tentación de girarte en lugar de utilizar el retrovisor: el acto de girar la cabeza (como el motorista de la foto) distrae tu atención entre 1,5 y 2 segundos aproximadamente, tiempo muy superior al que dedicarías al retrovisor,- y más que suficiente para provocar una situación de riesgo-. Un breve vistazo al retrovisor, complementado con la visión lateral directa descrita en 39., es suficiente para descartar la presencia de otros vehículos.

  5. En los cambios de carril, por ejemplo, no basta con mirar por el retrovisor, porque el ángulo de visión no siempre te permite detectar un vehículo que esté circulando en paralelo a tu moto o ligeramente retrasado.
    Mientras miras el retrovisor debes comprobar también de reojo (visión lateral, mirando por encima del hombro), que no hay ningún vehículo fuera del alcance de tu retrovisor, en lo que denominamos “ángulo ciego”. Porque si en el momento de mirar por el retrovisor el vehículo estuviera justo en el ángulo ciego aún podrías detectarlo por visión lateral directa antes de hacer la maniobra. Otra ventaja de la visión lateral: al mirar por encima del hombro este movimiento puede servir de aviso para el conductor del coche que pretende adelantarte, haciéndole desistir de la maniobra a pesar de que aún no has accionado el intermitente.
  6. El ángulo visual que cubren los retrovisores de motos y coches es sólo de unos 25 ó 30 grados en el mejor de los casos. Esto significa que aunque los tengas perfectamente ajustados (desgraciadamente no siempre es así) no te permiten ver el 100% de los vehículos que te rodean o pretenden adelantarte. Esta es una buena razón para emplear la visión lateral ya comentada en los consejos 39 y 41.


  7. La visión lateral directa es un complemento imprescindible del retrovisor en situaciones de tráfico denso, cuando circulas constantemente en paralelo con otros vehículos. En estos casos resulta difícil tener referencias claras del vehículo que está a punto de adelantarte, ya que su posición relativa puede cambiar muy rápidamente, quedando fácilmente fuera del alcance del ángulo de tu retrovisor. Los motoristas tenemos la ventaja de que nuestro campo visual no se ve limitado por la carrocería, como los coches, de manera que podemos sacar aún más partido de la visión lateral directa.
    En la foto puedes ver el área que cubre el retrovisor (amarilla, que no permite ver al coche rojo que tienes a tu izquierda) y la que cubre la visión lateral directa (verde). Entre ambas ofrecen un control prácticamente total del espacio circundante.
  8. Cuando el sol está bajo y a tu espalda, la visión de la sombra de un vehículo que circule paralelamente o algo retrasado puede complementar también la información que te proporcionan los retrovisores, de poca eficacia en estas circunstancias (ver consejo 39).
  9. Cuando quieras hacer un cambio de dirección hacia la derecha vale la pena también aprovechar que miras hacia el retrovisor derecho para comprobar directamente (visión lateral directa una vez más) que no hay ningún vehículo justo a tu lado. En la foto la visión lateral directa te habría permitido detectar a tiempo la parte delantera del coche negro de tu derecha, que hace un instante era aún invisible a tu retrovisor y todavía no podías percibir directamente delante tuyo.

  10. Los motoristas debemos tener especial precaución al circular en paralelo junto a coches que tenemos a nuestra izquierda. Aunque cueste de creer hay conductores que piensan equivocadamente que nadie puede adelantarlos por la derecha, y no se toman la molestia de comprobar la posible presencia de otro vehículo a su derecha (tu moto, por ejemplo) antes de cambiar de carril. Es lo que puede estar a punto de ocurrir en la fotografía...

  11. Debes intentar permanecer fuera del alcance del retrovisor de los coches el menor tiempo posible. La mayoría no pueden verte cuando circulas en paralelo o ligeramente retrasado, porque sus retrovisores cubren el mismo ángulo que los tuyos, esos insuficientes 25 ó 30 grados. El conductor del coche azul seguramente no es capaz de ver al motorista del centro de la foto, que circula demasiado cerca, casi al límite de su carril.
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